La tos es un acto reflejo que se produce con el fin de despejar las vías respiratorias. Cuando hablamos de tos alérgica, tenemos que hacer referencia a un agente alergénico, esto es, un causante que repercute en nuestro organismo y nos produce determinados síntomas que afectan a la salud.
Qué es la tos alérgica
Entre los distintos tipos de tos que puedes encontrar, la alérgica se caracteriza por ser persistente. Produce irritación en la garganta y es, además, seca. Los motivos por los que esta se produce pueden ser varios.
La tos es una reacción de los bronquios para proteger a los pulmones del agente alergénico. Esta defensa del organismo actúa como si hubiese algo obstruyendo la entrada del aire y acciona la tos como método para abrirle paso.
Los bronquios parecen contraerse demasiado y se sospecha que pueda darse un tipo de inflamación en torno a ellos. De ahí que la tos se agudice y se haga tan repetitiva, hasta el punto de dificultar el aire al afectado.
Varias pueden ser las causas que te produzcan la tos alérgica. Esta es estacional, es decir, ocurre, principalmente, durante las estaciones de otoño y primavera. En invierno, también suele darse; debido al entorno cerrado de las zonas más frías, en las que se acumula el agente alergénico.
El polvo que se acumula en el hogar, los pelos de los animales, el polen de las plantas o algunos árboles suelen ser los culpables de esta reacción de nuestro cuerpo. Un alergólogo te puede indicar las zonas del país más adecuadas para evitar esta enfermedad estacional. Pero la dificultad para estar trasladándonos constantemente nos obliga a tratar los síntomas directamente.
Saber cómo frenar tos alérgica te aliviará y te dejará dormir plácidamente. Debes tener en cuenta que por la noche esta se activa normalmente, debido a que nuestro organismo segrega sustancias y disminuye otras que ayudan a detener las secreciones que provocan la tos.
¿Causas que producen tos?
La tos surge en nosotros como una respuesta involuntaria. Es la reacción del cuerpo ante distintos problemas que pueden afectar nuestros pulmones.
Seguramente, en los cambios de estación, cuando vas a sacar la ropa del armario correspondiente al nuevo clima, has notado esa irritación en la garganta o la nariz, seguida de tos o estornudos.
Las alergias, por lo general, se suelen sentir con los cambios de temperatura, lo cual suele conllevar también un cambio de estación.
Esas prendas que durante meses dejaste arrinconadas en tu armario suelen atraer el polvo, sobre todo por no haberlas movido del mismo lugar por largo tiempo. Con el polvo llegan los ácaros, insectos minúsculos e inofensivos.
El polvo en sí es un conjunto de sustancias en las que destacan las descamaciones dérmicas de los seres humanos y los animales. Los ácaros que suelen afectar en las alergias se alimentan de estos desechos, siendo la razón por la que prefieren convivir cerca del hombre, en sus hogares.
La alergia al polvo y a los ácaros se suele producir por la creación de un ecosistema complejo, donde se juntan desechos microscópicos que, aunque no puedas verlos, tu organismo los percibe.
Entre los desechos, el culpable de que sientas irritación de garganta o fosas nasales, y con ello alergia, es el desecho orgánico.
La tos, a pesar de ser la respuesta de nuestro organismo para intentar mantener nuestros pulmones libres, es realmente molesta. Ya sabrás que en la alergia, cuando te da un ataque de tos, puede ser tan irritante para tu garganta que después debas buscar un remedio para suavizarla.
La medida con respecto a los ácaros y al polvo de tu casa es sencilla. No hay mejor acción que la limpieza diaria, pudiéndote ayudar de productos que reducen la presencia del polvo y sus insectos.
Al menos sería un inicio que te podría ayudar a evitar los molestos síntomas que acompañan a la tos alérgica. Si vives rodeado de polvo es normal que te acompañen la congestión nasal, la irritación en la garganta, el picor de nariz y oídos, e incluso la urticaria.
En los casos más graves suelen aparecer silbidos cuando se respira, derivados de problemas respiratorios. Pero imagínate que, sin llegar a tanto, tienes que ir a trabajar con esa tos que hasta a ti te incordia, y con el pañuelo en la mano por la mucosidad constante.
Cómo calmar la tos alérgica
Calmar la tos alérgica es posible. Evitar la causa que produce la alergia es importante, siempre que esté dentro de nuestras posibilidades. Si vives en una zona con árboles que te la producen, el uso de tapabocas durante las estaciones más susceptibles te puede ayudar a disminuir sus efectos.
Eliminar el polvo de la casa es también importante. Las partículas acumuladas podrían contener el agente alergénico, causante de la tos. A mayor limpieza, habrá una mejor respuesta respecto a los síntomas.
Tener mascotas es otra causa en muchos enfermos de asma bronquial. Su pelo suele afectar, así que debes tener precaución al acercarte a ellas.
Existen métodos caseros que logran calmar el efecto de la tos. Esta, al ser seca, irrita con facilidad la garganta y produce dolor e inflamación. Por eso, la toma prolongada de agua es conveniente para suavizar la zona. Además, también te ayuda a ingerir la cantidad que tu cuerpo necesita diariamente.
La miel es otro remedio que puede ayudarte. Además, su efecto será muy positivo en tu organismo, ya que te aportará nutrientes esenciales, fortalecerá tu sistema inmunológico y te protegerá de las infecciones causadas por diferentes causas.
Del mismo modo, para fortalecer el sistema pulmonar, te recomendamos ejercicios específicos que consiguen abrir las vías respiratorias y la capacidad pulmonar. Practicar modos de respirar o apuntarte a clases de natación pueden ser propuestas de mucha ayuda para prevenir un ataque de tos de tipo alérgico.
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