Efectos de la contaminación en la salud: cuáles son sus causas y cómo debes cuidarte

Los efectos de la contaminación en la salud son cada vez más conocidos. Aunque existen sustancias contaminantes en los alimentos y en el agua, la contaminación del aire es la más intensa y la que a mayor cantidad de personas afecta, tanto en países desarrollados como en aquellos en vías de desarrollo. Los contaminantes presentes en el aire dañan tu salud tanto a largo como a corto plazo. Las personas más vulnerables son los niños, embarazadas y ancianos, así como las personas que previamente presentan algún padecimiento respiratorio como asma o bronquitis.

La contaminación afecta la salud

Los habitantes de núcleos urbanos que presentan altos índices de polución ambiental sufren un mayor riesgo de padecer tos por contaminación, enfermedades respiratorias, cáncer de pulmón y enfermedades cardiovasculares. A continuación te explicamos cuáles son algunas de estas sustancias y sus efectos.

• Óxidos de nitrógeno: Son producto de la utilización de combustibles fósiles y afectan al tracto respiratorio a todo nivel. Una concentración de más de 190 microgramos por metro cúbico durante el 40 % del tiempo aumenta la frecuencia de estornudos por contaminación e incrementa las infecciones en las vías respiratorias.
• Los oxidantes fotoquímicos: También llamados contaminantes secundarios, los oxidantes fotoquímicos no se generan directamente, sino que se producen por reacciones químicas entre óxidos de nitrógeno y moléculas orgánicas volátiles en presencia de sol. Afectan principalmente a personas que padecen asma o enfermedades bronquiales cuando la concentración es mayor de 500 microgramos por metro cúbico. Producen irritación en los ojos y en las mucosas respiratorias, generando tos y mucosidad.
• El ozono: Una parte del ozono atmosférico se encuentra a nivel del suelo y genera irritación en los ojos y en las mucosas de las vías respiratorias. Además, aumenta la incidencia de infecciones respiratorias, desencadena ataques de asma y provoca congestión nasal. A largo plazo causa deterioro del tejido pulmonar y, con ello, de la función respiratoria.
• Partículas en suspensión: Son partículas que se encuentran suspendidas en el aire y cuya presencia y concentración dependen de las condiciones atmosféricas. Su origen puede ser diverso y pueden resultar peligrosas cuando su tamaño es lo suficientemente pequeño (menos de 10 micras). En este caso, son capaces de afectar a todo el sistema respiratorio hasta alcanzar el tejido pulmonar. Generan congestión nasal, irritación de la garganta, bronquitis y empeoran los cuadros patológicos preexistentes.
• Compuestos orgánicos volátiles: Constituyen un grupo diverso de sustancias, tales como hidrocarburos aromáticos policíclicos y benceno, que en altas concentraciones afectan el sistema respiratorio y pueden hasta causar cáncer de pulmón.

¿Cómo evitar exponerse a la contaminación?

La Organización Mundial de la Salud ha determinado que la contaminación atmosférica es el factor de riesgo más peligroso para tu salud. Por ello, es importante que tomes algunas precauciones:

• Mantente informado de las concentraciones de sustancias tóxicas en tu localidad, consultando las páginas de asociaciones ecologistas.
• En lo posible procura vivir y trabajar en las zonas menos contaminadas de tu ciudad.
• Evita hacer ejercicio al aire libre alrededor de las 14 horas, cuando la concentración de ozono aumenta.
• Mantén tu vivienda ventilada, pero cierra las ventanas cuando sople el viento desde alguna fábrica o carretera cercanos.
• Puedes mantener en tu casa un purificador de aire y, si cuentas con aires acondicionados, cambia los filtros con frecuencia, cada pocos meses.

Si, a pesar de esta precauciones, aún sientes los efectos de la contaminación en la salud, recuerda que mantener una vida sana con dieta y ejercicio te protege.

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