Fumar es uno de los peores hábitos que podemos tener. El tabaquismo está relacionado con más de veinticinco enfermedades y es responsable de hasta el 85 % de los cánceres de pulmón. Fumar, además reduce la esperanza de vida una media de 10 años, según un estudio que siguió a 35.000 personas durante 50 años en el Reino Unido.
Por estas razones, dejar de fumar siempre es la mejor decisión que debemos tomar. ¿Estás decidido a hacerlo? Quizás te anime conocer los beneficios que notarás en tu cuerpo tras haber abandonado este hábito.
El tabaco es malo para la garganta
Son muchos los medios que se centran en lo peligroso que es para los pulmones el humo del tabaco. Pero la garganta, que es la primera por la que circula dicho humo, también queda enormemente perjudicada.
El cigarro, como lo conoces, está compuesto por miles de compuestos químicos, siendo la mayoría de los cuales responsables de la irritación que suele sentir el fumador con frecuencia.
La irritación de garganta es algo que también habrán experimentado los no fumadores cuando han tenido que compartir un espacio con fumadores activos. Ambos, fumador activo y pasivo, en este caso, son perjudicados por el humo del cigarro.
Estos químicos que entran por nuestra boca son los responsables de no solo una irritación momentánea, sino de la alteración de las cuerdas vocales en un consumo más prolongado.
El tabaco es así responsable de enfermedades como laringitis crónica e irritación crónica de la laringe. Las cuerdas vocales suelen dañarse, produciendo una sensación de voz rasposa, que se mantiene así de forma permanente.
Lo más perjudicial del humo del tabaco es el cáncer. Expertos aseguran que las versiones light de tabaco tienen la misma peligrosidad que las otras, con lo que no se recomiendan ninguna de las dos.
De este modo, los tipos de cáncer son muchos, en referencia a todas las partes de tu cuerpo que expones al humo. Así, el cáncer puede aparecer en los labios, la lengua, la boca, la laringe y la garganta. Aunque ya son conocidos también sus efectos en los pulmones, e incluso sus implicaciones en enfermedades neurológicas y del sistema inmunológico.
Consejos para dejar de fumar
Dejar de fumar es algo que para mucha gente ha sido complicado. Pero la clave del éxito radica en querer acabar con este hábito realmente. Para conseguirlo, te damos estos consejos:
- Conciénciate de que quieres dejar de fumar y de que vas a marcarte un día para el último cigarrillo. Olvídate de ir dejándolo poco a poco; esta táctica nunca funciona, haciéndose más sencillo recaer.
- No pongas excusas para dejar de fumar. No hay mejor día para elegir dejarlo que un día cualquiera. Hazlo de golpe, sin darte más prórrogas.
- Cambia tus hábitos; esto es esencial para engañar las ganas de fumar.
- Haz deporte. Mantente el movimiento, ocupado en cosas que te gusten hacer. El ejercicio de vez en cuando es beneficioso para la salud; solo necesitas pocos minutos al día para empezar.
- Cuidado con las comidas. Aunque hayas oído que mucha gente engorda al dejar de fumar, este no tiene por qué ser tu caso. Solo necesitas concienciarte y, siempre que te dé hambre, apostar por algo sano, como una fruta o verdura.
- Bebe mucha agua. El líquido es muy bueno, y para tu salud no hay nada mejor que el agua.
Beneficios de dejar de fumar
A las 24 horas
Tras un día sin fumar, se reducen los niveles de monóxido de carbono en los pulmones lo cual, a su vez, aumenta los niveles de oxígeno en la sangre. Solo un día sin tabaco basta para empezar a recuperar el olfato y descubrir que la comida sabe mejor (esto, además, va en aumentando con el paso de los días).
A los 2 días
Para este momento, algunos compuestos como la nicotina o sus derivados están a punto de desaparecer del organismo (otros tardarán años en hacerlo, como es el caso del alquitrán).
A las 3 semanas
Aunque es probable que durante todos estos días hayas sufrido el temido y desagradable síndrome de abstinencia, la buena noticia es que no tardarás mucho en deshacerte de él. Este dura entre 2 y 3 semanas y constituye la principal razón por la que los fumadores vuelven a recaer, así que ¡sé fuerte! ¡Estás a punto de conseguirlo!
A los 3 meses
90 días después de haber dejado de fumar, la función pulmonar comienza a mejorar y empiezan a atenuarse ciertos síntomas como la tos, la congestión nasal o la sensación de falta de aire. Si, aun así, estos síntomas te resultan todavía demasiado molestos, puedes usar los productos de la gama Pharysol, creados a base de ingredientes naturales y con capacidad para aliviar de forma rápida y eficaz todos los síntomas causados por el dolor de garganta, la congestión nasal y la tos.
Por su parte, la piel comienza a recuperar su elasticidad y se ve más hidratada y luminosa, con lo cual empezarás a sentirte mejor también con tu físico.
Después de un año
¡Felicidades! Si has llegado hasta aquí, debes saber que has conseguido reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular en un 50 %. Además, la cosa no queda aquí: este riesgo irá descendiendo con el paso del tiempo, de forma que tras algo más de 5 años, el riesgo de sufrir un infarto cerebral será el mismo que el de una persona que nunca ha fumado.
A los 10 años
Al cumplir una década sin fumar, el riesgo de sufrir cáncer de pulmón es entre un 30 y un 50 % menos. A partir de aquí, el escenario sigue mejorando: a los 15 años de haber dejado de fumar, el riesgo de sufrir enfermedades como el cáncer de garganta, esófago o vejiga es el mismo que el de los no fumadores.
¿Quieres dejar de fumar, pero no sabes cómo dar el paso? Recuerda que tu médico puede ayudarte con esta tarea y recomendarte un tratamiento para el tabaquismo. Habla con él sobre tus propósitos y déjate aconsejar. ¡Es la mejor decisión que podrías haber tomado!
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